miércoles, 8 de julio de 2009

Baptisterio


En la capilla del Baptisterio con arco de medio punto de 2.56 de alto y 2.40 de luz y bóveda de aristas, se encuentra una bonita y bien tallada Pila Bautismal de piedra.
La pila bautismal, labrada en una pieza, mide 79 centímetros de diámetro y con pedestal 98 centímetros de alto.

Se conserva una pintura del Bautismo de Jesús en la pared del fondo, obra del maestro del pueblo Don Rafael.

jueves, 2 de julio de 2009

La Fayona de Eiros, derribada en enero por un vendaval, tenía 200 años


La Fayona de Eiros tenía 200 años cuando cayó, el pasado 19 de enero, en una jornada de fuerte viento. Así lo han certificado técnicos de la Consejería de Medio Ambiente, con un margen de error de cinco años abajo o arriba, según fuentes de la viceconsejería de Medio Ambiente. Hasta ahora no se conocía la edad del emblemático árbol de la localidad tinetense, que fue declarado monumento natural.
No obstante, los vecinos habían hecho sus aproximaciones: calculaban, según lo transmitido por sus antepasados, que el ejemplar podría haber superado la barrera de los dos siglos. Hasta la muerte del haya no se pudo saber, gracias al estudio de los anillos del tronco, que había sido testigo de los aconteceres de Eiros durante dos centenares de años.
La localidad tinetense se ha quedado sin su Fayona, que atraía a visitantes de diversos rincones. Pero su recuerdo seguirá vivo gracias a la conservación de parte del árbol.
La Consejería de Medio Ambiente se encarga de las labores que permitirán instalar un monumento en Eiros. Las partes del ejemplar que serán exhibidas están siendo sometidas a un proceso de secado natural que, según asegura Medio Ambiente, se desarrolla a un ritmo más lento del previsto, por lo que no se puede establecer un plazo para su finalización. El Principado se reunirá este mes con el Ayuntamiento y representantes de los habitantes de Eiros para decidir el diseño del proyecto final.
El Gobierno regional constató, días después de la caída del árbol, que su reimplantación era inviable por el grado y la intensidad de la rotura de las raíces. Los informes elaborados para analizar las causas de su desplome coinciden en que tenía un sistema radicular muy superficial y en que sufrió «cierto grado» de pudrición en las raíces, «consecuencia probable de hongos que atacan a la lignina y que afectan a la resistencia y estabilidad». Una circunstancia «imposible de detectar a tiempo», según el Principado, pues «cuando se manifiesta exteriormente, el proceso está muy avanzado en la parte no visible del árbol».