viernes, 4 de marzo de 2011

Los ganaderos ven la luz al final del túnel




La feria de marzo de Corao constata que los precios del ganado vacuno ya no están en caída libre, pues se mantienen desde hace un año.

CORAO (CANGAS DE ONÍS), ALBA SÁNCHEZ R.







Algunos ganaderos ven la luz al final del túnel. La esperanza, aunque muy contenida, parece que ha vuelto a un sector en crisis permanente. La feria de marzo, celebrada ayer en el Castañéu de Corao, en Cangas de Onís, constató que los precios ya no están en caída libre; es más, son muy similares a los registrados el año pasado en esta misma reunión, que precede a la feriona de mayo, el mayor evento ganadero del norte de España.

Claro que los ganaderos, después de tres días intensos de tratos y negociaciones para conseguir el mejor precio para sus reses, después de un duro invierno con subidas en los piensos y combustibles, cuentan la feria según les va en ella. Así, los que han conseguido vender a buen precio auguran un futuro mejor, mientras que los que no han alcanzado los precios soñados y los que se han vuelto con sus animales para casa siguen viendo el horizonte lleno de negros nubarrones.

A la feria de ayer en Corao acudieron unas 2.400 cabezas de ganado vacuno, además de un buen número de ovejas, cabras, caballos y burros. Las ventas, en número, fueron muchas: hasta el ochenta por ciento de los animales presentes cambiaron de dueño, un porcentaje muy superior a la de 2010. Es verdad que unos vendían a la baja, para deshacerse del ganado, mientras que otros preferían aguantar hasta la feriona de mayo, a la espera de las subvenciones regionales, que exigen tener un número concreto de cabezas de ganado, precisamente, hasta ese mes.

Algunos -pocos- vieron cómo quedaban superadas todas sus expectativas. Fue el caso del ganadero naveto Javier Moro, que vendió sus cuatro vacas de asturiana de montaña, dos en 1.500 euros y las otras dos en 1.100 euros, precios un poco «más lucidos» que los de años anteriores. Pese a todo, Moro admitía que vende «con optimismo, pero con poco entusiasmo». Ayer los ganaderos intentaron vender «lo barato por lotes», a la espera de la feriona. Aunque también hubo quien llegó a pedir por una vaca -buena, eso sí- 3.900 euros. Unos daban por sentado que no la quería vender, mientras que otros le respaldaban al exigir un precio adecuado para la mejor res de su cabaña.

El concejal de Ganadería de Cangas de Onís, Alberto Valle, aseguraba que los precios «ni suben ni bajan», una situación que se registra desde hace 12 meses. Algo es algo. Valle puntualizó que sí se notó una ligera mejoría durante el otoño, cuando parecía que el sector iba a remontar de manera decidida.

Los que más se quejaban en el día de ayer eran los propietarios de caballos, ya que vieron cómo los precios de los animales siguen cayendo en picado. El ganadero parragués Álvaro Amieva fue tajante cuando habló de sector «caballar nulo», a la vista de que las yeguas pueden estar por los 1.200 euros, los caballos por unos 600 euros y los potros por sólo 250 euros.

Más de lo mismo al hablar de burros, que ayer se vendieron a una media de 300 euros las hembras y de tan sólo 150 euros los machos. Algunos ganaderos hacían chistes sobre esta situación y se preguntaban si el Gobierno aplicaría también en el apartado asnal un «plan de igualdad». En todo caso, exigían entre bromas que si se imponía un precio único para machos y hembras, que se igualara «hacia arriba, no hacia abajo».

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